viernes, 12 de junio de 2015

Analisis de la sexualidad humana (parte I)

Considero que es tiempo de despertarnos del sueño azucarado del AMOR, y me atrevo a tirar la primera piedra, si esta fuera posible y poner en relieve algunos puntos sobre la sexualidad humana ...desde la voz de una antropologa.. especificamente sobre el famoso "mal de amores"... veo que todos buscamos ponerle solucion al intrincado proceso al cual denominamos Amor.. todos hablan de él, algunos ofrecen consejos o pautas conductuales como si estos fuesen la receta médica adecuada, lo cierto y lo concreto que la sexualidad humana, es tanto o mas compleja que el mismo infinito universo que aún no terminamos de descubrir...pero tal vez nuestra amiga Helen Fischer.. y como ella misma lo dice en su prólogo.. " hay magia en el amor, como los poetas  y los enamorados bien lo saben. No pretendo violar ese santuario. Pero nuestros imperativos sexuales, son tangibles, cognoscibles. Y creo firmemente que mientras mejor comprendamos nuestra herencia humanamás la dominaremos y más amplio será nuestro libre albedrío"...

Helen en su Capitulo 8 EROS, la aparicion de las emociones sexuales señala.. " Los occidentales adoramos el amor. Lo simbolizamos, estudiamos, idolatramos, idealizamos y aplaudimos, lo tememos y envidiamos, vivimos y morimos por él. El amor es muchas cosas para muchas personas. Pero si el amor es com{un a todas las personas en todas partes y está asociado a pequeñas moléculas que residen en las terminaciones nerviosas de los centros emotivos del cerebro, entonces el amor es primitivo."
"Sospecho que estos sistemas químicos que promueven el enamoramiento y el apego (y quizás la indierencia) ya habían evolucionado en la época que Lucy (Helen denomina Lucy a la neanderthal que estuvo estudiando) y sus camaradas caminaban a través de las praderas de Africa oriental, uno tres millones y medio de años atrás. Aquellos que sucumbían a la pasión del enamoramiento formaban parejas más seguras con sus amigos especiales. Aquellos que sentían la fuerza del apego el tiempo suficiente para criar un hijo durante la infancia, cuidaban su propio ADN. Aquellos machos que hacían escapadas ocasionales con otras amantes desparramaban más genes, mientras que las hembras que tenían aventuras obtenían recursos adicionales para sus crías pequeñas. Y aquellos que cambiaban una pareja por otra tenían los bebés más variados. Los hijos de estos individuos apasionados sobrevivieron desproporcionadamente y nos transmitieron la química cerebral del enamoramiento, del apego y de la inquietud durante las relaciones demasiado largas.
¿Qué consecuencias iba a generar esta química del cerebro? El "marido", el "padre", la "esposa" y el "núcleo familiar", nuestra miríada de convenciones para el flirteo, nuestras celebraciones humanas del matrimonio, nuestros procedimientos para el divorcio, los castigos de la humanidad para el adulterio, los hábitos culturales de conducta sexual, los patrones de violencia familiar provenientes del abandono: incontables costumbres e instituciones que iban a derivarse de la simple tendencia de nuestros ancestros de aparearse y romper sus compromisos."
"Sin embargo, el más desgarrante de estos legados es el de las crisis emocionales que aún provocan dichos registros del romanticismo. Mal de amores. Parecemos emocionalmente incabados. Los enamorados tienden a sufrir durante los períodos de separación, por ejemplo los viajes de negocios o las vacaciones. Liebowitz piensa que durante la separación los enamorados se ven privados de las dosis diaria de drogas narcóticas naturales. Los niveles de endorfina bajan. Entonces, cuando se manifiesta la privación, los enamorados se añoran profundamente y en algunos casos llegan a desesperarse. "
"Es posible que este circuito romántico sea parcialmente responsable de los maltratos psicológicos y físicos que algunos hombres y mujeres se muestran dispuestos a tolerar. Algunos amantes rechazados se compromentn a cosas ridículas o aceptan castigos horribles por temor a perder al ser amado. Liebowitz suegiere que estos "adictos al amor" sufren de bajos niveles de drogas narcóticas naturales, de modo que se agerran a la persona amada porque lo prefieren antes que al riesgo de la baja de estos opiáceos. Como los adictos a la heroína, están químicamente casados con sus parejas. Algo que es igualmente sorprendente es que las personas castigadas lleguen a asociar el sufrimiento vivido con el placer. De modo que mientras son maltratados el nivel de las endorfinas puede realmente llegar a subir, llevándolos a buscar más dolor y la correspondiente plenitud."
Mas adelante expone en el mismo capítulo... una de las cuestiones más difíciles de sobrellevar en la vida de dos... o tal vez de tres o porque no 4...los famosos y mal hablados "celos"... veamos que exposicion presenta...
"El monstruo de ojos verdes que ultraja justamente aquella carne de la que se alimenta". Así de gráfica es la descripción que hace Shakespeare de los celos, esa intensa aflicción humana, esa combinación de posesividad y sospecha. Los celos pueden aparecer en cualquier momento de una relación. Durante la fase de la atracción, es decir, cuando las personas están perdidamente enamoradas; cuando ya están cómodamente encariñadas; mientras ellas mismas tienen aventuras; aún después de habersse ido o de haber sido abandonadas, el mosntruo de ojos verdes puede hacer su aparición.
Exámenes psicológicos realizados a hombres y mujeres norteamericanos revelan que ninguno de los dos sexos es regularmente más celoso que el otro, si bien cada uno maneja sus ataques de manera diferente. En general, las mujeres están más dispuestas a fingir indiferencia a fin de salvar una relación deteriorada. Los hombres, en cambio, frente a los celos abandonan a su pareja con mayor frecuencia. Aparentemente sienten mayor necesidad de reparar su autoestima y salvar las apariencias. Las personas que sufren un sentimiento de inadecuación o que son inseguras o excesivamente dependientes de su pareja tienden a ser más celosas."
"Los celos masculinos son una causa principal de asesinato del cónyuge en los Estados Unidos. Por otra parte, los celos no son monopolio de los occidentales. En otras culturas son tan comunes como el resfrío. Aún donde el adulterio es permitido, la gente siente celos cuando se entera de las aventuras de su ser amado. Un aborigen de Arnhem Land, Australia, lo resumió de la siguiente manera: "los yolngu somos un pueblos celoso y siempre lo fuimos, desde la época en que vivíamos en clanes en los bosques. Celamos a nuestro marido o nuestra esposa por temor a que se interese en un tercero. Si un marido tiene varias esposas es aún más celoso, y las esposas se celan entre ellas... Que no le quepa duda, los celos son parte de nuestra naturaleza."
"Nunca sabremos si otras criaturas sienten celos. Pero machos y hembras de muchas especies exhiben conductas marcadamente posesivas, respecto de sus parejas. Los gibones machos, por ejemplo, expulsan a los otros machos del territorio de su familia, y las hembras echan a las otras hembras. En una ocasión, Pasión, una chimpancé hembra de la Reserva Gombre Stream, en Tanzania, coqueteó con un macho joven. El se mantuvo indiferente a sus actitudes eroticas y se puso a copular con la hija de ella, Pom. Con expresión enfadada ella se le fue encima y lo cacheteó con fuerza."
"Las aves nos proporcionan mejores ejemplos. En la prueba de "tolerancia a los cuernos", el antropólogo David Barash interrumpió el ritual de la cópula anual de un par de azulejos de la montaña que recién comenzaban a construir su nido. Mientras el macho estaba fuera buscando comida, Barash colocó un azulejo macho de utilería a un metro del nido. El dueño de la casa regresó y se puso a chillar, revolotear y hacer sonar el pico frente al supuesto intruso. Pero también ataco a su "esposa" arrancándoles algunas plumas primarias del ala. Ella desapareció. Dos días más tarde una nueva "esposa" tomó su lugar. ¿Una paliza a la esposa de parte de un azulejo celoso?".
Esta posesividad tiene lógica genética. Los machos celosos de cualquier especie vigilan a sus cónyuges más asiduamente, por lo tanto los machos celosos tienen más posibilidad de engendrar a sus hijos y transmitir sus genes. Por su parte, las hembras que no toleran la presencia de otras hembras obtienen más protección y beneficiosos. Debido a sus celos han adquirido recursos adicionales, por lo cual su progenie tiene más posibilidades de sobrevida. De esta manera, las criaturas celosas se reprodujeron a través de las eras en forma desproporcionada gracias a la diversas manifestaciones de ese sentimiento que llamamos celos. De igual manera los celos de hombres y mujeres modernos adoptan diversas características: el hombre norteamericano tiende a ser más celoso si su pareja le es sexualmente infiel, y la mujer es más celosa si su cónyuge se compromete emocionalmene con otra mujer.....Los celos sirven para poner límites a la infidelidad y al abandono por parte de los machos, poniendo en juego lo que sea que, en el cerebro del macho y de la hembra, contribuye a aumentar la intensidad del ataque de celos."*
Con todo lo expuesto anteriormente solo se puede deducir que nuestras conductas sexuales, han sido modeladas por décadas y milenios de evolución, para converger en una sola verdad.. no queremos estar solos, tampoco ser únicos...aunque en algún momento soñamos con la exclusividad... por lo demás creo que queda en cada uno elegir la mejor pareja, el mejor comportamiento.. lo que realmente nos ayude a ser nosotros mismos en un nivel óptimo de adaptación y aprendizaje, con una pareja o dos o tres o cuatro...no lo sé... mientras seamos conscientes de todos los resultados posibles, las elecciones son nuestras... quizás debamos razonar más antes de ser infieles...o ser más emotivos para permanecer unidos... la respuesta no esta aquí... esta allá afuera en la experimentación.

* Anatomía del Amor, Historia Natural de la Monogamia, el Adulterio y el Divorcio - Helen E. Fischer, Editores EMECE 1996
 

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